jueves, 28 de diciembre de 2006

Declaración de principios

Un nuevo año, nos dice el calendario. Y ya que es otro comienzo, conozcámonos y empezemos por declarar nuestros principios.
Si coincides, acércate:
- No nos interesan los libros-hamburguesas: hechos en serie y desechables
- No creemos en la literatura de mercado ni el mercado como valor de un libro
- No creemos que la publicidad decida el valor literario aunque sabemos que la publicidad vende
- No creemos en las recetas de venta: sexo, violencia, drogas, perversión, como contendidos necesarios para hacer literatura
- No creemos en todo lo anterior porque aún creemos en el valor de la palabra
Por eso, nos gustan especialmente:
- Cervantes y su Quijote
- Dostoievsky y su Crimen y castigo
- Pablo Neruda y todos sus poemas
- Borges y su mundo de espejos y simetrías
- Kafka y sus pesadillas
- Faulkner con sus Palmeras Salvajes y el Sonido y la furia
- Cortázar en todos sus cuentos
- Rulfo con sus tierras áridas y Pedro Páramo
- García Márquez del Coronel no tiene quien le escriba

miércoles, 27 de diciembre de 2006

La Vuelta al Mundo en 80 Circos


Hoy que inicio esta emocionante y misteriosa aventura por el infinito espacio cibernético, quiero compartir con ustedes, los que creen que el mundo tal vez sea sólo un gran circo, mi último libro, el que presenté en agosto en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, con lecturas, música y mago incluidos.
Los invito a entrar por la puerta trasera de la carpa, que no por trasera es menos importante, y entreabrir a través de la bella contratapa escrita por la premiada dramaturga argentina Lucía Laragione, este antiguo y permanente mundo del circo:
Si en el pasaje del medioevo al Renacimiento la imagen del mundo era la de un teatro amplio y universal, en la posmodernidad, Mireya Keller se propone dar cuenta del estado actual de la cosas con una metáfora de vocación totalizadora: la del circo.
Con una prosa que tiene la delicadeza y la elegancia de las ecuyeres, y la ironía y el juego propios de los ilusionistas, con un lenguaje perfumado por la gracia y el sabor de lo latinoamericano, la novela trae a la arena del circo a hombres y mujeres de distintas nacionalidades y continentes que migran buscando desesperadamente su lugar en un mundo disminuido de tamaño por la tecnología, la globalización y en el que no hay espacios para las utopías.
Mientras vive intensamente sus historias bajo diferentes cielos y siempre bajo el techo de la carpa donde se ponen en juego las mismas relaciones de poder que se dan afuera, la gente del circo ama, traiciona, muere de espanto o de miseria, persigue furiosamente algo en qué creer y tiene tiempo aun para preguntarse qué es ser un artista en un mundo “que sólo contabiliza los horrores en números algebraicos”.
Los invito a dar esta vuelta en ochenta circos y a disfrutar de un viaje donde abundan las emociones y la buena literatura.