domingo, 1 de junio de 2008

El juego de las palabras

Llegó la Feria del libro y ya pasó. ¿Quedó al menos en el recuerdo? Quién sabe. Todo ocurre hoy en ritmo de vértigo. Pasa como una nube corrida por el viento. Llegó el frío y recién empezamos a transcurrir un invierno que tal vez sea riguroso. O no. Los cambios climáticos están como el humor. Inestables, imprevisibles, inesperados. A veces francamente con visos de catástrofes, como el volcán Chaitén, el terremoto en China, o el huracán en Myanmar. Miles de muertos, desaparecidos, terrenos quemados, arrasados, o abandonados. Las noticias nos llegan desde cualquier lugar del globo. ¿Nos impactan? ¿Durante cuánto tiempo? Pasan como las nubes traspasadas de viento. Demasiado rápido como para retenerlas. El acopio de información, noticieros, diarios, recortes, propagandas, libros, nos cercan, nos agobian. Como una Babel moderna, hecha de papel. Y entre esa montaña de papel se escabullen las palabras. Mentirosas, importantes, livianas, canallas, crueles, generosas o verdaderas. Cómo saberlo. Nos perdemos en esa maraña. Nos ahogamos. Intentamos un salvavidas, un poco de aire, un respiro. Cada uno lo busca a su manera. Y seguimos buceando en esa Babel para encontrar las palabras propias y cultivarlas, como lo hace el poeta, una rosa blanca / en junio como en Enero / para el amigo sincero / que me da su mano franca. Para compartirlas contigo es que todavía vierto esas palabras en más papel, o en este medio virtual.