jueves, 1 de octubre de 2009

Ah, los libros también dan satisfacciones




Es cierto, a pesar del pedregroso camino que recorren, a veces los libros dan satisfacciones insospechadas. Esto es lo que me ocurrió en el encuentro que tuve con los alumnos del Secundario de adultos número 55 al que me invitaron desde el Programa de Escuelas Lectoras, perteneciente al Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Es un programa realmente maravilloso, ya que reune al escritor con su inmediato lector y tiene la propiedad casi mágica de una devolución inmediata.
Fotos de ese evento y referencias a propósito del mismo.


Encuentro en el Centro de Educación de Adultos 55
Programa Escuelas Lectoras
Ministerio de Educación
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Coordinadoras:
Profesoras Ana Emilia Silva y Noelia Lynch

La tarde – noche fría y lluviosa del 22 de septiembre no auguraba demasiado. Siempre uno teme la asistencia, el tipo de preguntas, la gente con la que se va a encontrar. Pero contrario a los malos presagios, resultó excelente. La directora del Centro, Licenciada Gloria Moreno, con su organización y calidez, fue un puntal indispensable para que el encuentro ocurriera de la mejor manera, plena de alumnos, profesores y autoridades. Pero además de la participación de la directora, cabe destacar la excelente labor desplegada por las profesoras Ana Emilia Silva y Noelia Lynch, que en los talleres efectuados con anterioridad a mi participación, supieron sacar de los textos presentados y de los propios alumnos de Primer, Segundo y Tercer año allí reunidos, las más imprevistas y profundas resonancias. De ese trabajo previo depende en gran medida el buen éxito de este programa. Luego el encuentro entre alumnos y escritor se da de una manera fácil y muchas veces conmovedora. Es lo que sentí esa tarde-noche fría que la concurrencia la hizo tan cálida, sentí conmoción ante la comunión y el hondo interés de los alumnos.
Agradezco al programa y a todos los que intervienen en su realización por esta oportunidad de estrechar lazos entre los libros, los lectores y el autor.

Mireya Keller
Septiembre, 2009

La escritora Mireya Keller y los alumnos del CENS 55
El 22 de septiembre, a las 17:30 horas, a pesar del viento y el cielo nublado, nadie faltó a la cita. Más de 140 personas, entre alumnos, docentes y autoridades, reunidas en un aula, entrevistaron a la escritora Mireya Keller, encuentro propiciado desde el Programa Escuelas Lectoras. Las preguntas fueron surgiendo sin dificultad y tanto alumnos como docentes se interesaron desde su rol de lectores sobre los avances y retrocesos en la construcción de un texto, interrogantes que la escritora contestó con lujo de detalles y los disparadores de su escritura fueron develándose. Vida y lecturas aparecieron como poderosos motivadores. Mireya recordó sus primeros acercamientos al mundo de la literatura, lecturas y relatos de la infancia, la imagen de su abuela y sus ancestros rusos, su pasión por la literatura de ese país; la influencia de Dostoievski, sus climas, la interioridad de los personajes. Otros nombres: Borges, Cortázar, el primer Vargas Llosa, Rulfo, Virginia Woolf abrieron diversas posibilidades a su escritura.
Uno de los temas más recurrentes: el vínculo entre vida y ficción y los indefinibles límites que las separan.
Una tras otra las preguntas se desgranaron pero, además los alumnos comentaron la emoción que habían sentido con la lectura de los cuentos. La voz que narra y la fuerza confidencial de la primera persona fue uno de los aspectos que más los habían conmovido.
Preguntaron sobre la inserción del escritor en el mercado editorial, secretos para escribir, relación entre pintura y palabra. Así, sin tregua, pasaron más de dos horas. Dos horas de intercambio intenso. Un gran aplauso despidió a Mireya. Muchos alumnos le acercaron el cuadernillo con los cuentos, querían unas palabras, un recuerdo. La acreditación del encuentro para contarlo, para compartirlo.
Profesora Ana Emilia Silva
Programa Escuelas Lectoras
Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires





1 comentario:

lauranicastro dijo...

Los libros son como los animales de compañía: siempre están ahí y nos esperan. No hay reproches por habernos ausentado y celebran cada uno de nuestros regresos a casa. Felicitaciones, Mireya.